BELINDA DIXON
Tras haberse fogueado como viajera adolescente en los trenes italianos, es raro que pase un año sin que Belinda Dixon regrese. Entre los momentos sus momentos estelares hay que citar el perfeccionamiento de su pericia como conductora todoterreno en las carreteras de Chianti, la degustación del sedoso aceite de oliva de Elba y el miedo que pasó por la noche en las calles de Pitigliano (callejones oscuros, gatos maullando y luces que se apagan de repente). Y, en todas partes, sus muy diligentes investigaciones sobre la comida y los vinos toscanos.