,BERIAIN, IANIRE
Mi nombre es Ianire Beriain. Un día comencé a escribir y ya nunca pude parar. Empezó como método de terapia autoimpuesto y funcionó demasiado bien. Nunca escogía lo que escribía, simplemente un nudo empezaba a hacerse grande en mi interior y esta era la única forma de pararlo, de evitar que siguiera creciendo, evitar que me acabara ahogando como ya llegó a ocurrir en el pasado. Me limitaba a dejar fluir las palabras y vomitaba las ideas como si fuese otra persona la que escribía, así funcionaba. De este modo pude explorar el mundo externo y así entenderlo, un mundo que a menudo es demasiado caótico, hostil y extraño para mí. También me dediqué a explorar el mundo interno, muchísimo más extenso, de las personas que me rodeaban y el mío propio.