PÉREZ-BOCANEGRA RODRÍGUEZ,BLANCA ISABEL
Como filóloga, y antes de serlo, Blanca experimentaba un especial gusto por la palabra. Desde la infancia saboreaba, masticaba y rumiaba con deleite términos desconocidos, caídos en sus oídos, repitiéndolos en letanía para atisbar en su musicalidad las emociones que le transmitían, con el extrañamiento propio del desacuerdo entre su eco fónico y el eco semántico que levantaba en ella conmociones variopintas. Ese eco connotativo la indujo inevitablemente a la caza de los nombres «idóneos» para la emoción. Su formación es entendida como una fuente múltiple de experiencias, sintiendo narrativa como imaginación, el teatro como acción y la lírica como pasión, y así lo vive, inmersa en representaciones teatrales con la compañía Hiparquía y escarbando en sus vivencias más profundas mediante intentos poéticos de atar sentimientos a palabras.